Hurgando con sordidez
traman sus ávidas tretas.
Compaginando
montones de legajos
acreditando
la pulcra incautación
de estos rumbos
estas pampas
estos desolados obrajes
los atónitos bolsillos
los colores de la honra
las mujeres y sus hombres
la propiedad de los medios
de producción y la producción
de los medios para masacrarnos
por la gracia de dios.
Fuetes en nuestras muecas.
Garrotes en los murmullos.
Traiciones sobre las rabias.
Corporaciones
en las cimas de los dedos.
Pues en esta inmensa
y cruda esfera
siempre ha sobrado carne
para sus cañones relucientes.
Sus cañones insaciables.
Sus despiadados yelmos.
Sus cepos. Sus picanas.