martes, noviembre 03, 2009

Oficio

Como nunca había tropezado
con ciertos poetas anglosajones
seguí mercando en la mera calle
huyendo de la policía después
de destrozar un ciento de rústicas cuartillas.
Reconocí las mentiras de la Academia
y el certero rastro de la Izquierda de Zimmerwald.
Arranqué el agua del subsuelo que tampoco es mío.
Escribí este libro.